Día de los santos inocentes

Bueno,

Hoy es el día de los santos inocentes, y toca hacer referencia a esta gran inocentada que es la vida.

Ya lo sabéis porque lo habéis leído por aquí pero os lo repito para ponernos en situación. Soy Ingeniero de Telecomunicaciones por la Escuela de Ingenieros de Bilbao (sí, «buff…»). Durante los 5 años que pasé en la uni me peleé contra un montón de cosas: malos profesores, exámenes imposibles, miles de trabajos ridículos, sistemas de evaluación absurdos, etc.

Era duro, a veces agotador, no porque la universidad fuera difícil (aunque eso también ayudaba xD), si no porque te tratan como si no fueses una persona, intentan mantenerse lejanos, pasan de ti. No les importa que sepas o que no, no les importa explicar bien o mal. Envías un correo con preguntas o para que te revisen un documento y no recibes respuestas. Cuando entregas un documento no quieren que lo expliques correctamente, sólo quieren que lo hagan como ellos quieren. Muchas veces llegas al examen sin saber todo lo que debes, sin que haya aparecido ni una sola vez en clase lo que te encuentras en el examen y claro, el examen es lo único que cuenta.

Es bastante frustrante todo esto, muy agotador, pero disfrutaba muchísimo de lo que hacía. Todo lo que aprendía me hacía seguir adelante enfocando esas semanas de exámenes con energía y enseñándome a reírme (en voz alta) en los laboratorios y tomarme las cosas menos en serio. Cuanto menos en serio me lo tomaba, mejores notas sacaba. Me centraba más en los conceptos y menos en los detalles. Sacrificaba algunos puntillos de exámenes a cambio de aprender y disfrutar de todo. Estudiando con el ordenador al lado para poder investigar por mi cuenta.

Pero en 5º tienes que hacer un trabajo «mu grande»: el proyecto fin de carrera (la razón de ser de este blog). Un trabajo en el que realmente no se valora el contenido técnico (WTF?) si no que se valora especialmente que lo hagas exactamente como la plantilla lo pide. Está lleno de cosas inventadas de las que, evidentemente, no se aprende nada. Es lo que yo llamaba: La putada final.

Eso va totalmente en contra de lo que estaba construyendo en mi forma de enfocar los estudios así que, casi sin darme cuenta al principio, de forma totalmente consciente al final, todo esto desencadenó en una elaborada broma final.

La broma es el mismísimo Proyecto fin de Carrera, del que se habla en este blog y la forma en la que lo llevé a cabo.

Me pasé la estructura general (que te exigen) por el forro de forma en la que no se me pudiese suspender de forma fulminante. Arriesgué con una presentación diferente, en la que aparecí con mis pintas habituales (o incluso peores, y el tribunal llego en camisa xD) y en la que añadí ligeros toques de humor. Redacté todo el proyecto fin de carrera como si fuese una explicación de cómo funcionaba lo que hice, intentando ser lo más impecable posible a nivel literario para que fuese fácil de leer y de seguir, pero cercano para todos sin centrarme en tecnicismos ni complicaciones. El presupuesto y el plan de trabajo son un mierda a propósito porque son las partes que no aportan nada, ni siquiera nos enseñaron a hacerlas correctamente, sólo nos dieron una guía (que sugería: «Cópiame de otro proyecto»). Y, por supuesto, intenté tener un componente técnico relativamente alto dentro de mis capacidades y del poco tiempo del que disponía, por ello aprendí Qt y QML (y KDE) desde casi 0, y me peleé con casi todas las herramientas que tenía a mano y que nunca había ni tocado: git, doxygen, e incluso hice la documentación en LaTeX. Todo esto bastante solo, con la ayuda que tenía a través del IRC del proyecto KDE-Telepathy (Thank you guys! You are awesome) y con internet a mi lado.

Todo fue una especie de demostración (o intento de) de que todo se puede hacer de una forma cercana, amigable, incluso divertida. Una demostración de que los trajes y las corbatas y esa actitud no son necesarios. Que es nuestra labor explicar las cosas de forma fácil para que dejen de ser algo exclusivo y de forma divertida para que no generen rechazo. Que las cosas se pueden hacer de otra manera. Que tenemos que divertirnos más.

El resultado fue un 9 porque «esa presentación con otro tribunal podía haber sido un problema», porque «ha sido demasiado informal», y «lo que hablamos en clase sobre la estructura de lo que había que poner lo has olvidado». Si hubiese cedido igual hubiese sido un 10, nunca lo sabremos, pero no hubiese disfrutado tanto como haciéndolo como yo quería, prestando atención a lo que a mí me parece más importante.

Ya que hablamos de un proyecto fin de carrera, hoy es el cumpleaños de uno de los autores de uno de los proyectos fin de carrera más importantes de la historia (y un gran fan de las bromas además): Linus Torvalds. Feliz cumpleaños y gracias por todo.

Gracias a esta enorme broma conseguí trabajo antes de terminar si quiera mi proyecto fin de carrera, lo que hacía que la broma fuese aún más redonda. Pateando el culo de la gente que me condenaba a un divertido viaje a Alemania o a las filas del paro o incluso decía que perdía el tiempo con mis estudios en un país como este.

Pero la vida es un ir y venir de bromas y ahora me toca a mí recibir la última. Desde hace unos años, cuando estaba en 3º de carrera o así, me dolía el brazo por las malas posturas de escribir. Durante el desarrollo del proyecto fin de carrera esto llegó a las muñecas y a la espalda. Y ahora mismo llego a tener unos dolores bastante agudos en las muñecas y los músculos de las manos así como en las articulaciones de los dedos (me la estoy jugando al escribir esta entrada) e incluso mis dedos pulgares se quedan agarrotados de vez en cuando. Todo esto viene de usar el ratón y el teclado tantas horas, en resumen, por dedicarle tiempo a estas cosas que tanto me gustan.

Esto seguramente haga que mis entradas sean cada vez más cortas y es posible que deje de haber, al menos durante un tiempo, hasta que vaya al médico y sepamos como hacerle frente.

En fin, no sé si esta broma del Blog terminará pronto o no, pero espero que de momento os estéis riendo tanto como yo, y que os haga trabajar la cabeza al menos la mitad de lo que yo la trabajo al prepararla. No preocuparse, las bromas hay que tomárselas con sentido del humor y siempre mirando la parte positiva aunque tenga miedo de que sea una broma demasiado pesada.

De todas formas, no quiero dejar esto sin proponer la siguiente entrada, que será en la que suba la documentación de mi proyecto fin de carrera (que si no recuerdo mal no lo he hecho aún).

También quiero dejar un pequeño espacio para esa gente que no fue como comento aquí. Esos profesores que me dieron ánimos, que se rieron conmigo, el que me puso una matrícula de honor diciéndome: «Lo has intentado con fuerza y lo has conseguido», la que lo hizo sin decir nada y subiéndome una décima para ello, y los que nos trataron (a todos, sin excepción) como lo que somos: personas. No son muchos, pero no quiero dejar que los malos los eclipsen.

Simplemente eso, un abrazo.

Y reíd, insensatos.